Madurar…

es simplemente ser cada vez más tú mismo.

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«Rain on Izumibashi Bridge» Takahashi Shotei (1871-1945)

 

!Buscad despacio!

He perdido en el mar…

Una lágrima.

(Akocha Koato)

Haiku - Gabinete Psicosocial - Xavier M. Pérez

 

Mi viejo cuerpo:
una gota de rocío crecido
pesado en la punta de la hoja.  (Kozan  Izhikyo, ca 1360)

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“¿Porqué tan escuálido, Gato?
Hambriento de peces gordos o ratones…

o por un amor de patio trasero?

Bashō Matsuo.

 

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La Evaluación Psicológica Forense se diferencia en muchos aspectos de la valoración psicológica en un contexto general clínico. En primer lugar y el más evidente, es que las personas peritadas o sujetos de peritación, suelen serlo a requerimiento de un juzgado, sea o no en principio solicitada por sí misma (como parte demandante o demandada), es por esto que puede afectar de manera contraria a los propios intereses del peritado lo que, con elevada probabilidad, afecta a la voluntad de participar en el proceso de evaluación y puede llevar a responder no sólo a los test de psicodiagnóstico con un estilo de respuesta distorsionado,  (pruebas algunas de las cuales tienes sus propias escalas e índices de sensibilidad a factores como la Deseabilidad Social, Infrecuencia, Invalidez, Estilo de Respuesta, entre otros) sino directamente falsear la realidad y presentar hechos incontrastables por el mismo perito psicólogo pero por eso mismo, también irrebatibles por un argumento contrario, o intentar en el mejor de los casos, presentar una imagen no tan fiel a la que podía presentar en un entorno menos judicializado y con menos intereses extra-personales en juego como suele ser un proceso clínico o con finalidad puramente psicoterapéutica, procesos en los que la motivación de búsqueda de ayuda y el estar abierto a discutir y plantear los problemas personales y los comportamientos inapropiados e indeseados son el origen y el desencadenante inicial del proceso y que serán en todo caso, reformulados y trabajados en un entorno seguro y confidencial, pero difícilmente juzgados por el profesional de la psicología y menos por un tercero o terceros (jueces, fiscales, abogados, o la parte contraria).

En segundo lugar, al psicólogo forense se le plantean una o una serie de demandas periciales o cuestiones que ha de responder y justificar en sede judicial, requiriendo la habilidad y la competencia para, no sólo responder técnicamente desde la disciplina psicológica sino «traducirlo» al ámbito legal y judicial en relación al objeto de controversia judicial, justificando las conclusiones en base a resultados cuantificables y demostrables a demanda del propio juzgado o de los letrados de las partes.

Finalmente, la evaluación psicológica forense es una forma muy específica y especializada de evaluación psicológica que, a diferencia del ámbito clínico y psicoterapéutico, tiene consecuencias de índole económico y personal que involucran cuanto menos a la «otra parte» en una controversia judicial, juegos «de suma cero« en los que lo que una parte gana, lo pierda la otra, En el ámbito puramente clínico, pueden existir consecuencias «colaterales» o afecta la relación con otras personas, pero serían estos consecuencia de un proceso terapéutico pero si los hubieren sólo vendrían dados por las propias decisiones y comportamiento del evaluado.

 

A pesar de la posible mala fama que pueda tener referirse a uno mismo en tercera persona, el «diálogo interior» que cada uno podemos tener con nosotros mismos, esa conversación personal auto-reflexiva, en lugar de ser de «tú-a-tú», este diálogo dirigido hacia uno mismo en tercera persona parece según un sorprendente estudio, que puede tener implicaciones emocionales muy saludables e incidir de manera muy productiva en la resolución de problemas personales.

Evidencia convergente en estudios publicados en la revista Nature, apuntan en la dirección de que el lenguaje que utilizamos para referirnos a nosotros mismos influye en el auto-control. De manera más concreta, usar el propio nombre para referirnos a nosotros en vez del pronombre «Yo» aumenta la habilidad para controlar los pensamientos, sentimientos y el comportamiento ante situaciones de estrés.

La predicción del estudio surgió motivada por la observación de la exclusividad con la que nos referimos a terceras personas por su nombre, si esto es así, debería existir una analogía entre el uso del nombre propio y el hecho de pensar en un tercero. El uso del propio nombre llevaría automáticamente a pensar sobre uno mismo de manera similar a como pensamos sobre otra persona. Las consecuencias de esta predicción supondrían una mayor facilidad para distanciarnos de las propias emociones, y esa visión descentrada sobre los propios problemas, tal como sucede cuando efectivamente pensamos en las situaciones emocionales de otras personas. Llevado más lejos, sugiere a su vez, que el lenguaje influye de manera determinante en la forma que damos a las experiencias emocionales y cómo son representadas las emociones en la psiquismo humano.

«Por supuesto que me hablo a mí mismo. A veces necesito consejo experto». (c) someecards.

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Los resultados del artículo de Moser, Jason S. y sus colaboradores (2017), publicado en Scientific Reports 7, informan de una reducción la actividad en dos marcadores del procesamiento emocional auto-referente el LPP y el córtex medial prefrontral. Más importante incluso para los fines de este estudio es que los patrones de actividad neuronal se observaron en ausencia de incrementos de la activación de control cognitivo.

¿Esto que implica? De manera muy sencilla, que la autoexpresión en tercera persona no requiere mayor actividad cerebral, y supone así menor gasto cognitivo en relación al esfuerzo que implica hacerlo en primera persona.

En el aspecto puramente técnico se comprobó la predicción pidiendo a los participantes del estudio que expresaran los sentimientos elicitados al observar imágenes agresivas (en el Estudio 1) y recordando recuerdos autobiográficos negativos (Estudio 2) usando el pronombre «Yo» o su propio nombre mientras se medía la actividad neuronal mediante ERPs (potenciales evocados relacionados con eventos) (Estudio 1) y fMRI (imágenes por resonancia magnética funcional) (Estudio 2). El Estudio 1 mostró que el empleo de la tercera persona en la conversación interior redujo los marcadores ERP. La replicación de estos resultados en el Estudio 2 demostraron que la conversación en tercera persona estaba vinculada a niveles más reducidos de activación en marcadores fMRI de procesamiento auto-referente  (p. ej, córtex medial prefrontal) cuando los participaban se referían a recuerdos negativos sin elicitar niveles aumentados de actividad en marcadores establecidos fMRI de control cognitivo. Apunta a que utilizar el nombre propio disminuye la actividad de la amígdala al haberse observado una reducción en estos marcadores neurales.

Tomados de manera conjunta, estos resultados sugieren que la conversación interior en tercera persona puede constituir una forma relativamente fácil de auto-control en el sentido de consumir pocos recursos mentales al no implicar la necesidad de requerir el uso de redes de neuronas pertenecientes a regiones del cerebro típicamente implicadas en el control cognitivo de las emociones.

Moser, Jason S. and Dougherty, Adrienne and Mattson, Whitney I. and Katz, Benjamin and Moran, Tim P. and Guevarra, Darwin and Shablack, Holly and Ayduk, Ozlem and Jonides, John and Berman, Marc G. and Kross, Ethan. Third-person self-talk facilitates emotion regulation without engaging cognitive control: Converging evidence from ERP and fMRI. Scientific Reports (2017) (7), 1.

Javier M. Pérez

 

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El artículo «Del Libro Blanco del Título de Grado en Psicología al negocio de la desesperación: Análisis cuantitativo de los estudios de Psicología en España durante la década 200-2015» de Sánchez-Reales, Prado-Abril, Inchausti, Fernández-García, J. Losada y Aldaz-Armendáriz en el último número de Papeles del Psicólogo 2017, Vol. 38(3), pp. 185-194  presenta una conclusiones bastante desalentadoras del pasado reciente, el presente y sin nada que parezca indicar viraje alguno, un futuro más oscuro para la profesión de la psicología en España y fundamentalmente para los profesionales presentando un duro impacto sobre la precariedad laboral, elevadas tasas de desempleo y  un modelo escasamente sostenible de la profesión.

Varios son los indicadores llamativos: el aumento de la oferta formativa que por un lado van dando forma a «una burbuja de la formación que desvaloriza el propio título, donde la alternativa es la obtención de más títulos para diferenciarse del resto de aspirantes, bosquejando un lucrativo negocio de la desesperación» y por otro da lugar «en la actualidad a lobbies de presión que ponen en riesgo este desarrollo sostenible y el equilibrio«. La oferta docente y el número de graduados es cada vez más creciente, con un incremento superior al 26% en número de centros de impartición del Grado de Psicología (130% de carácter privado), y un incremento de matrículas superior al 2% anual (mayor del 6% en universidades privadas).

El mercado laboral que es, en definitiva, el medidor último y fundamental del valor social de una disciplina profesional, en nuestro caso, «presenta indicadores radicalmente opuestos a su funcionamiento, un total de demandantes de empleo por encima de tres promociones completas de egresados convierten una elección inicialmente atractiva en una fuente de frustración y desesperación, para muchos, crónica». Los datos analizados muestran una tendencia estabilizada alrededor de 7.500 egresados anuales y alrededor de 21.000 los profesionales demandantes de empleo de modo estable.

La universidad como el principal beneficiario de esta dinámica y centrada en la «aspiración al crecimiento por el crecimiento al margen de la responsabilidad social de la Universidad»  transmite «expectativas distorsionadas sobre el mercado laboral y las posibilidades de inserción en el mismo« como cualquier estudiante de grado o master oficial (o propio, o privado, ya puestos) puede ser testigo, presentando una profesión idealizada y de «gran demanda social» (muy afines a las ideas erróneas y mitos que circulan por la sociedad sobre la psicología y la profesión), que contrasta de manera llamativa con la reactancia a aceptar o difundir de la misma manera por parte del profesorado universitario los posibles réditos profesionales y sociales y bondades de la vía doctoral e investigadora. Sólo hay que echar una ojeada a los programas de formación del ADEIT y oficiales de la Universidad para tras una primera reacción de perplejidad, una segunda de asunción de la descripción de Eagleton (2017) de «la transición desde centros de la crítica humana a meros órganos de mercado, valorados en función del impacto económico», y una tercera y concluyente de diagnosis de hipertrofia de un sistema que «necesita incorporar progresivamente más alumnos para mantener la dinámica económica, cristalizando en un funcionamiento decadente que pone en jaque a la demanda profesional real que no es proporcional  y en riesgo de colapso a la disciplina misma».

Los autores, alumbran no obstante, algunas medidas correctoras que giran en torno a una gestión más sostenible de la profesión, tales como una gestión más realista del alumnado y «el desarrollo de competencias y su encaje en el mercado laboral como variables básicas y relevantes en la composición de una oferta formativa universitaria de calidad, moral y ética para la sociedad en la que se insertará» el graduado.

 

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La imagen de Iceberg con la parte más grande oculta bajo el agua y la más pequeña en el exterior y a la vista, se convirtió desde su publicación en una fuente de metáforas inspiradoras y motivadoras ,expresando metáforas en torno al éxito, al potencial oculto, de las partes más profundas de la naturaleza y la condición humana. No obstante, era un montaje fotográfico de los primeros días de photoshop. Creada en 1999 por el fotógrafo Ralph Clevenger, se convirtió en un cliché universal,y ayudó a obtener al creador la suma de más de 900,000 dólares en licencias de publicación.

Según Clevenger, en una entrevista para Nautilus.us: «La imagen está compuesta de cuatro imágenes separadas. Las nubes fueron tomadas en Santa Bárbara (California). También el agua. Tomé la imagen de la parte alta del iceberg en Antártica, donde estuve asignado para un trabajo. Simplemente corté la sección de un iceberg y lo invertí y lo puse bajo el agua. Era así de azul, como aparece. La creé con la intención de mostrar que «lo que obtienes no es necesariamente aquello que ves».

Enlace del texto de referencia.

Armas

Puedes participar en en proyecto de elaboración de un Test para la valoración de idoneidad en el manejo de armas cumplimentando un breve y divertido cuestionario.
Gracias infinitas por tu participación.

Instrucciones:
No existen respuestas correctas o incorrectas puesto que cada persona responde de manera distinta dependiendo de su forma de ser y experiencias. Trate de contestar de manera genuina, espontánea y sincera, sin buscar situaciones o condiciones particulares que no sean referidas directamente en los ítems. El cuestionario dispone de medidas y escalas de sinceridad e incongruencia que podrían invalidar los resultados por problemas en la comprensión, omisión de ítems o contestaciones que no se correspondan a como realmente se piensa.
Existen dos opciones de respuesta, marque en la casilla V si la oración representa adecuadamente su manera de pensar, sentir y actuar o en la casilla F si no está de acuerdo con la oración o no refleja en general su visión de las cosas.

Enlace al cuestionario.

http://www.lagad-surveys.com/responder.php?us_id=Javier&su_id=1

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La práctica y experticia en el Mindfulness se asocia cada vez más, según demuestran nuevos estudios, con una disminución del volúmen de materia gris en la amígdala, una región clave en la respuesta al estrés.

Mindfulnes puede sintetizarse como la práctica de prestar atención consciente (en el sentido de con plenos sentidos) y no juzgadora o analizadora, al momento presente, simplemente dándose cuenta de los sentimientos, sensaciones y pensamientos tal cual surgen en la conciencia.
Hasta recientemente, poco se conocía del efecto que unas pocas horas de calmada reflexión diaria podría llevar a tal rango de efectos tanto físicos como mentales. Ahora, mientras la popularidad del Mindfulness crece, las técnicas de neuro-imagen revelan que esta práctica milenaria puede cambiar profundamente el modo como diferentes regiones del cerebro se comunican unas con otras, y consecuentemente, en nuestro modo de pensar, de forma permanente.
Por medición de scanners de neuro-imagen tras un curso de 8 semanas de práctica del mindfulness, la amígdala, centro cerebral de la respuesta «lucha o huida» parece encogerse. Esta región primaria asociada fundamentalmente con el miedo y la emoción, está implicada en el inicio de la respuesta del cuerpo al estrés.
Concomitantemente, el córtex pre-frontal – asociado con funciones cerebrales de alto nivel, como la consciencia, la concentración y la toma de decisiones – se hace más gruesa.
La conexión entre la amígdala y otras zonas cerebrales se debilita, mientras que las conexiones del córtex pre-frontal se hacen más fuertes, alterando la «conectividad funcional» de tales regiones.

Según los autores, los practicantes también consiguen reducir la aversividad de situaciones de dolor físico, de alguna manera, consiguen ausentarse de los procesos de pensamientos que se vinculan al dolor.

+ INFO http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0064574
http://blogs.scientificamerican.com/guest-blog/2014/06/12/what-does-mindfulness-meditation-do-to-your-brain/?WT.mc_id=SA_Facebook

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